Porque hablar de publicidad en las iglesias

¿…Y cómo oirán sin haber quien les predique? Rom. 10:14

Hace 2000 años, el perfecto diseñador del universo, planificó el mejor producto existente bajo la faz de la tierra para un cliente que irremediablemente lo necesitaba. Nos dio un ejemplar para que lo usáramos, una vez convencidos de su efectividad nos convirtió en vendedores para que lo publicáramos y extendiéramos a todo aquel que lo necesitara. Ese producto se llama vida eterna.
Después de tantos años de cristianismo creciente, es apropiado volver la mirada a este eficiente fervor que no se extinguió a pesar de los obstáculos que afrontó. Interesante aún considerar que las recientes disciplinas universitarias aplicadas a las prácticas del ser humano en materia de mercadotecnia y publicidad, se ven ejecutadas de forma magistral en la campaña de tres años que realizó Jesús en su recorrido por esta tierra, evento que cambió la historia de la humanidad.
No es objeto de este material profundizar en estas ciencias. Más bien es su propósito enfatizar en la necesidad de usar el ejemplo de Jesús, aplicando sus estrategias para que las Instituciones Cristianas implementen principios que por mucho tiempo han sido rechazados, no por sus fundamentos sino por sus malas prácticas o porque creemos que ofrecer un producto espiritual no puede beneficiarse del uso de herramientas administrativas que están en el corazón de un Dios organizado. La realización de Cristo en el mundo demuestra una magistral enseñanza en materia de estrategia, y si bien las palabras mercadotecnia y publicidad fueron acuñadas por el hombre, su acción y beneficios nacen del diseño de Dios, a cuya imagen fuimos creados.

¿Jesús usó la publicidad?

Hace 2000 años, contrató un vocero, que llamara la atención, aunque para ello se vistiera de piel de camello, gritara en los desiertos, confrontara el tradicionalismo y presentara con el cielo abierto una potente voz diciendo: “Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Hace 2000 años y hoy día esto es un agresivo método de publicidad y mercadotecnia efectiva. Claro que si ahora implementamos esta práctica, después de una semana desaparecerá nuestro publicista condenándonos a buscarlo en un centro de salud mental.
Los tres años del ministerio de Jesús reflejan el cumplimiento de un plan bien preparado por una mente superior en el diseño de un producto de alta calidad a un incomparable precio. Para lograrlo, el cliente debía prestar atención, conocer el producto, convencerse des su utilidad, adquirirlo y aún más allá estar dispuesto a promover sus beneficios a toda la humanidad. Sigue siendo el mejor producto para la humanidad y aún conserva el mismo nombre: “Salvación y vida eterna”. Y esto es mercadotecnia.

Razones para usar la Publicidad

Se ha considerado la publicidad como una práctica dañina porque nos interrumpe demasiado y generalmente está relacionada con el consumismo, el engaño o el uso de principios irreverentes para generar un mal habido lucro. También la mercadotecnia ha sufrido la censura cristiana por considerar que nuestra misión es no lucrativa y que no podemos tratar la iglesia como una empresa.
Pero aunque rechazamos estos conocimientos, sin darnos cuenta nos convertimos en malos practicantes de la publicidad y fracasamos en muchos proyectos por no considerar la implementación de principios administrativos. Tanto la Mercadotecnia como la Publicidad, cuyos nombres han sido manchados son de gran utilidad si se saben aprovechar y mucho mejor en estos tiempos que nuestras iglesias cuentan con cristianos profesionales de estas ramas.
La iglesia no ha quedado al margen de los efectos que produce el crecimiento urbano, la necesidad de utilizar medios de comunicación masiva y un estricto control de las finanzas. Temas que en otro tiempo no eran tan importantes pues las iglesias no eran grandes ni contaban con personal laborando a tiempo completo. Tampoco existía una necesidad de competir contra las ocupaciones, distracciones y afanes que afronta una persona hoy día saturado por un vendaval de información o desinformación.

Si Jesús, siendo el hijo de Dios, la encarnación del eterno que todo lo creó, todo lo sabe y todo lo puede, utilizó la publicidad y la mercadotecnia; ¿no sería apropiado prestar atención ante la posibilidad de usar sus prácticas en nuestros días, sin llegar a los extremos de mala utilización de estos medios? Por supuesto que si, de la misma forma que un cuchillo puede cortar la vida por manos de un delincuente, el mismo utensilio cumple una noble función en la cocina de la iglesia al preparar la suculenta cena navideña. No olvidemos que hace unos años, la televisión era considerada por muchos predicadores como el cajón del diablo; ahora muchas vidas se salvan por medio de su uso. Así podríamos mencionar muchos otros ejemplos que han sucedido porque cualquier práctica extremista es dañina y su mala utilización provoca una reacción moral o espiritual negativa ante su implementación.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sinceramente esta genial...
La forma de abordar el tema del marketing biblico es sin duda muy inteligente...
Ojala pudieran enviarme por mail mas articulos de este tipo...
jahz21@hotmail.com

Anónimo dijo...

Que bueno haber llegado a este blog, me identifico plenamente con todo lo abordado en tus artículos o temas ya que yo soy publicista. Tengo una web con contenidos bastante similares y que se complementan a todo lo que tu tienes aquí, por favor visítala www.cod.cl Yo definitivamente te agregaré en mis links recomendados.

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Bendiciones

Juan Eduardo Maureira

ESCRITOR FRANCISCO DE LA PEÑA CANTILLO dijo...

Espectacular apreciación, es necesaria unida al trabajo que realizamos con los ministerios haciéndolos masivos.